Fui becado en el humilde pueblo donde vivía para efectuar los estudios universitarios en la Ciudad, y allí conocí a un amigo entrañable con quien compartí los avatares de la carrera de Filosofía y Letras. Luego de graduarnos, ambos nos dedicamos a la escritura y como ahora vivo solo en la Ciudad, él me invita asiduamente a visitarlo a su casa para compartir nuestras experiencias literarias.
Si bien la pareja de mi amigo me manifiesta un cálido afecto, yo siempre debo esconder mis emociones y disimular, ante la impotencia de sentir por ella un amor que no le puedo expresar. Por eso, trato de esconder ese amor secreto, para que nadie sospeche de mi angustia, que solo se mitiga cuando observo sus bellos ojos negros.
Cuando de pronto alzo la vista y me encuentro con los de ella, mi corazón se acelera, subyugado por el resplandor de esos ojos brujos, los que me trasladan con alegría a un mundo mágico y maravilloso, lleno de poesía. De esa manera, en la soledad de mis noches, en mis sueños me sumerjo en ese mundo con un frenesí arrebatador.
Pero amar no es solo soñar, sino compartir la misma pasión, y a mí solo me queda el consuelo de compartir el maravilloso resplandor de esos ojos negros embrujados, que me acompañan en la soledad de mi vida de escritor.
Finalista VI Concurso de Relatos breves. Historias de amor.
Incluido en el libro: Amapola.
Creatividad Literaria. España. Marzo 2021.
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