Mientras subía por la escalera
escalón por escalón para ir al desván, rememoraba los tiempos de
mi niñez. En aquella época estaba seguro de que allí vivían los fantasmas y
que cuando llegaba al último peldaño, siempre abría la puerta de
entrada de ese lúgubre lugar lleno de cosas antiguas, con miedo, suspenso y recelo.
Pero ahora en mi vejez, al abrir la puerta para acceder al
desván, lo hago lleno de nostalgias, porque aquellos fantasmas del pasado
son los recuerdos de mi vida.
Finalista V Concurso de Microrrelatos. Limpiando el desván.
Publicado en el libro Estigmas.
El Muro del Escritor. España. Julio 2020.
El Muro del Escritor. España. Julio 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario