En toda la mañana no había logrado pescar nada en su bote y al mediodía el hambre lo consumía. Lanzó esperanzado nuevamente el anzuelo y de pronto sintió un fuerte tirón que le indicaba el éxito. En su desesperación perdió el equilibrio y cayó al agua... El tiburón también tenía hambre.
Finalista XI Concurso de Microrrelatos. Luces de agosto.
Incluido en el libro: Luces sumergidas.
El Muro del Escritor. España. Septiembre 2025.
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