lunes, 22 de agosto de 2022

El canillita

Ahora que después de tantos años se había convertido en el dueño de la cadena de medios mas prestigiosos del país, sintió el deseo de visitar el barrio humilde y remoto donde trabajaba como canillita cuando era niño. Al arribar al lugar, observó que todo había cambiado y no lo reconoció. Las calles de tierra habían sido asfaltadas y las humildes viviendas de aquel entonces, habían sido reemplazadas por casas residenciales y torres de departamentos.

De pronto, vio aquel kiosco de venta de periódicos. Era el mismo donde había trabajado repartiendo diarios cuando tenía apenas catorce años. Envuelto en la curiosidad, se acercó hacia allí para observarlo con más detenimiento. Todo se conservaba igual que antes. Las estanterías estaban llenas con las mismas revistas y diarios publicados en aquella época. Ese recuerdo de su niñez lo puso nostálgico y se le humedecieron los ojos, porque le parecía que había retrocedido en el tiempo.

Fue allí, cuando escuchó la voz enérgica del dueño del kiosco, emergiendo desde las penumbras del fondo del puesto:

—¿Estas son horas de venir? Llegaste tarde y seguro que te demoraste pensando como siempre en algunas de esas historias literarias estúpidas de tus sueños de escritor.

Al escucharlo y volver a la realidad, el canillita agachó la cabeza y tomó rápidamente el paquete que estaba preparado sobre un banquito. Luego se dirigió como siempre por esas calles de tierra, a fin de repartir los diarios en las humildes casas de los clientes.








Mención del Jurado VII Concurso de Cuentos breves. Viajes.

Incluido en el libro El poeta y el jardín.

Creatividad Literaria. España. Agosto 2022.

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