El brillo de la noche estrellada lo envuelve todo y el cielo me parece un gran espacio de luces titilando alegremente, pero yo tengo una terrible angustia que me carcome el alma. Mi perro me mira con sus ojos abiertos donde ya no brilla ni palpita ningún rayo de esperanza. Y mientras cierro sus ojos, pienso fervientemente que ahora debe haber una estrella más titilando alegremente en ese inmenso cielo iluminado.
Finalista
VII Certamen de Microrrelatos. San Isidro Labrador.
Incluido en el libro Sinceridad.
Letras como Espada. España. Junio 2021.
No hay comentarios:
Publicar un comentario