El poeta recuerda con nostalgias las tardes de otoño que pasaba con su amada en aquel valle encantado, donde en el atardecer los árboles adquirían un tono amarillo y pardo, y mientras el sol caía gradualmente en el ocaso, se iban alargando las sombras de las colinas. Y al verlas deslizar sobre ese colorido, el valle se convertía ante sus ojos impregnados de poesía, en algo mágico y maravilloso, que los inspiraba a hacer el amor, bajo la incipiente luz de la luna.
Finalista VI Concurso de Microrrelatos. Otoño en el Muro.
Publicado en el libro: Morada.
El Muro del Escritor. España. Octubre 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario