El
grillo pensaba que su canto era algo sublime, mientras inundaba con
su monótona y monocorde melodía el jardín de la casa que
habitaba. Cuando esa noche el grillo emitía su canto, escuchó que
un violinista que había visitado la casa e interpretaba una melodía
de Paganini. Entonces, el grillo emocionado ante esa obra magistral,
comprendió sus limitaciones e hizo un respetuoso silencio.
Mirando hacia delante.
Publicado
en el libro: Playa solitaria.
Concursos Literarios en Español. España. Febrero 2020.
Concursos Literarios en Español. España. Febrero 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario