Como todas las noches sufre de
soledad, parado bajo un sauce llorón en esa plazoleta abandonada. Al
no haber farolas, todo el paisaje está teñido de gris, y bajo la
luz espectral de la luna, descansa un viejo coche
desvencijado, junto a unos leños apilados y los restos de una fuente ya sin agua.
Un vecino que pasa, al verlo a lo lejos escapa con pasos apurados, mientras su perro emite unos aullidos lastimeros. Es que por las noches, nadie quiere acompañar al fantasma de esa plazoleta abandonada.
Un vecino que pasa, al verlo a lo lejos escapa con pasos apurados, mientras su perro emite unos aullidos lastimeros. Es que por las noches, nadie quiere acompañar al fantasma de esa plazoleta abandonada.
Finalista IV Concurso de Microrrelatos: Queridos fantasmas.
Incluido en el libro Nuestros fantasmas.
El Muro del Escritor. España. Diciembre 2018.
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