lunes, 22 de abril de 2024

El Quijote y los molinos de viento

Con su porte desaliñado, Don Quijote de la Mancha cabalgaba en ese caluroso día de verano con su caballo Rocinante, acompañado por su fiel escudero Sancho Panza que montaba en un asno.

La ventura ha guiado nuestro camino, porque allí adelante, amigo Sancho, hay unos desaforados gigantes a los que pienso dar batalla ―, dijo el Quijote, preparándose con su espada para arremeter a todo galope contra ellos.

Mire vuestra merced que aquellos no son gigantes, sino molinos de viento ―, le contestó Sancho.

Entonces, el caballero de la triste figura miró nuevamente y recapacitó.

Tienes razón Sancho, me había olvidado que estamos en el siglo veintiuno y que esos molinos de viento son gigantes buenos, porque generan electricidad y la distribuyen a ese pueblo que se ve a lo lejos. ―, dijo el Hidalgo con una sonrisa.

Y diciendo esto, se acercó a los molinos, y los saludó con una reverencia. Al sentir el viento fresco de los molinos sobre su cuerpo, lo reconfortó en ese sofocante verano, pero ocurre que el aire que difundían se fue enfriando cada vez más.

Fue en ese momento que el ingeniero especialista en energía eólica que había estado leyendo en la cama el libro del Quijote durante la noche, se despertó completamente destapado, tiritando de frío en medio de las sábanas revueltas. Entonces, se levantó para cerrar la ventana por donde penetraba el aire fresco de la tormenta de verano que se avecinaba en la madrugada. Esa historia reencarnada en su sueño, lo había dejado maltrecho.












Finalista IX Concurso de Cuentos cortos. Surcando el viento.

Incluido en el libro: Contra viento y marea.

Creatividad Literaria. España. Abril 2024.

No hay comentarios:

Publicar un comentario