Volviste a casa muy arrepentida
y
te enfrentaste con mis dos espejos,
uno
que estaba cerca y otro lejos
en
la triste memoria de mi vida.
La
mujer que se fue sigue perdida
porque
hoy tus rasgos son solo reflejos,
esos
tacos que calzas ya son viejos
y
con ellos caminas en la vida.
Mas
tu vuelta lluvia mansa parece
que
para no inundar de agua el sendero,
sobre
el verde césped
en paz se mece.
Y
viendo los espejos del ropero
tu
figura en el de hoy desaparece,
al
buscarte en el de ayer con esmero.
Publicado en el libro: Haikus y Sonetos XXVII.
Letras como Espada. España. Enero 2020.
Letras como Espada. España. Enero 2020.
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