Durante su diario tiempo de
vida
el sol muy radiante al mar
ilumina,
pero ya al caer la tarde
agoniza
emitiendo unos destellos
ardientes.
Y sobre las arenas de las
playas
en un bello crepúsculo
marino,
la gente permanece embelesada
esperando ver su muerte
inminente.
Mientras el ocaso del sol se
acerca
aquellos ojos se sienten
dichosos,
viendo como su caída en el
cielo
parece envuelta en sangre en
el poniente.
Y al morir en el lejano
horizonte
entre el mar y nubes
enrojecidas,
el sol en la noche será
olvidado
hasta que renazca al día
siguiente.
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