Mientras conducía su auto sport hacia su mansión en en barrio cerrado donde vivía,
el empresario seguía pensando en la hermosa dama que había conocido en un boliche bailable unas semanas atrás. Luego de entrar, extrajo nerviosamente de su bolsillo el
celular para ver si tenía respuesta al mensaje que le había enviado a ella, después
de conocer la confirmación en un video de la prueba del zapatito efectuada en el asentamiento por sus empleados. Allí encontró la contestación de la cenicienta que le decía por wattsapp: “Ok, acepto ser su pareja”.
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