viernes, 29 de junio de 2018

Confesión en el día de San Valentín

Querida Amanda
Te sorprenderás al recibir esta carta por mail de tu oficina, porque por fin me he decidido a escribirte en el día de San Valentín, frente la visión serena del mar desde la ventana del hotel. Desde esta mañana estoy entregado en estas vacaciones a una especie de embriaguez, que no es otra cosa que la angustia de mi alma y que ya no puedo callar más.
Quiero confesarte este amor que siento por ti, que convirtió mi mundo frío e insensible en uno nuevo empapado de pasión, pero el miedo a tu rechazo me fue acobardando y el estar contigo aparentando indiferencia, me fue destrozando poco a poco el corazón.
El razonar no me cura y me desnuda las cosas y me las  hace ver más crudas y crueles. Porque amar no es mirarse el uno al otro, sino compartir juntos una misma pasión. Hasta ahora nadie supo nunca de este amor que me envuelve, ni tú que me has dado el afecto, ni tampoco él que me brindó su amistad. Nadie  ha sospechado todavía de esta sensación que me devora.
Siento el dolor de un amor que mi alma temerosa nunca ha querido divulgar. Y ante tu presencia y la de él… ¡Siempre busqué disimular! Y esta cobardía sólo me ha dejado el consuelo de esperar. He tenido miedo de confesarte este sentimiento y permanentemente estoy soportando esta angustia, pero ya no puedo más.
¿Cómo se encendió este amor? ¿Será tu rostro angelical o tus ojos negros quizás? Sólo se que tu ser ha impregnado a mi ser, tu candor ha perseguido mis horas y habría corrido hacia ti, pero he tenido temor al desasosiego de no poderte alcanzar. Pero ya no quiero seguir viviendo a orillas de la luz, ni quiero seguir existiendo entre las sombras. He sido un cobarde, y recién ahora, en este día de los enamorados y frente a la inmensidad del mar, me animo a confesarte este secreto.
Pero al estar fundida en otra carne, en otra sangre, en otra vida, tu respuesta, que entreveo, es muda e inefable, donde seguramente mis palabras resuenen impotentes. Sin embargo, no pierdo las esperanzas, y siento un irrefrenable deseo de penetrar en tu alma, porque siempre hay zonas de penumbras en las almas más puras, y sólo es necesaria la oscuridad de ciertas cosas, para que resplandezcan otras.
Amanda, los pensamientos me devoran y me destruyen, pero luego me renacen una y otra vez. Te digo que sería suficiente para mí, que me entregues sólo una pequeña migaja de tu amor. Nada más que una migaja te pido, porque ya no hay otra cosa que me importa más en la vida que no seas tú.
Espero ansioso tu respuesta, e inmerso en la desesperación amorosa en que me encuentro, ruego en este día, frente a este bello paisaje del mar, que se produzca un  milagro de San Valentín.
Te quiere Roberto.













Seleccionada III Concurso de cartas: Cartas quemadas.
Incluida en el libro: Cartas quemadas.
Ojos Verdes Ediciones. España. Junio 2018.

domingo, 17 de junio de 2018

El caballero y la dama

― Podrás vivir como si tuvieras la suerte de ser todo un caballero. Es como si Dios olvidando que eres un ser artificial, te hubiese regalado la esbelta figura de un hombre con un corazón lleno de sensibilidades, que muchas veces son de felicidad, pero otras son de inmenso dolor ―, le dijo sonriendo su programador, luego de instalarle un programa complementario de avanzada para proporcionarle sentimientos  humanos. 
Al poco tiempo, el programador le incorporó uno similar de sentimientos femeninos a otro robot con  la bella figura de una dama, con el fin de analizar el comportamiento sentimental de ambos. Pero ante la inminencia de una guerra, tuvo que asignarlos de urgencia para trabajar en una planta militar secreta de fabricación de armamentos sofisticados de última tecnología, sin haber logrado efectuar ningún estudio.
Ya en el mismo momento de encontrarse juntos en su lugar de trabajo, el caballero y la dama se dieron cuenta que se gustaban sobremanera. Y fue luego, en la primera noche de descanso, cuando al encontrarse a solas en la oficina de informática,  por primera vez ambos robots pudieron experimentar la agradable sensación de placer que provoca en los seres humanos el sentimiento del advenimiento de un amor.
Pero ocurrió que el software que les habían agregado, era demasiado pesado para sus respectivas capacidades de memoria y como se habían hecho lentos para las tareas urgentes que se requerían en la planta, al día siguiente el programador le tuvo que descargar a ambos ese programa de sentimientos adicional.
De esa manera, los robots inteligentes siguieron trabajando con la figura de un hombre y una mujer, completamente indiferentes entre sí y de todo lo que pasaba a su alrededor. Después de un tiempo, el programador pudo finalmente desarrollar un programa con más capacidad de memoria y volvió a instalarlo en el caballero.
Pero cuando comenzó a volcarle toda la información actualizada, un escalofrío electrónico recorrió todo su cuerpo, al enterarse que su amada dama había sido destruida por una explosión accidental producida en la planta de armamentos donde operaban. El robot comprendió entonces que ya no se encontraría a solas con ella en la sala de informática al terminar su labor. Fue allí cuando experimentó por primera vez la desagradable sensación de angustia y soledad que provoca en los seres humanos el sentimiento de la pérdida de un amor.











Seleccionado Concurso Historias de amor o desamor.
Incluido en el libro de Antología Amores.
Asociación Letras con Arte. España. Junio 2018.

Versos inconclusos

Mientras el sol se caía
se inspiraba en el poniente
con sus ojos y su mente,
pero en ese postrer día
sus versos no acabaría.
De pronto se abrió la puerta
que una sombra dejó abierta,
un ángel miró al poeta
se acercó hacia su silueta
y besó su frente muerta.












Mención del Jurado III Concurso de Poesías Décimas.
Un Caleidoscopio de Letras.
Incluido en el libro: Caleidoscopio.
Mundo Escritura. España. Junio 2018.


El último rayo

Más allá del horizonte distante
brillando rojizo en la lejanía,
el sol se va poniendo en el ocaso
y condolido observo su agonía.

Cuando el sol apaga su último rayo
las penumbras van invadiendo mi alma,
pero una esperanza me da consuelo:
¡Mañana el sol renacerá en el cielo!











Finalista III. Concurso de Minipoemas
Un Caleidoscopio de Letras.
Incluido en el libro: Caleidoscopio.
Mundo Escritura. España. Junio 2018.


Reflexiones del protagonista

Existen muchas alternativas cambiantes en el desarrollo de nuestro romance en la novela. El autor trata de combinar las vicisitudes de la trama, como si fuera un caleidoscopio de letras, y con obstinación trata de describir hechos controvertidos que justifiquen la separación con mi amada. Pero si bien el autor busca separarme, sin que él lo sepa, yo busco desesperadamente ingresar en  su subconsciente, para que finalmente me haga reencontrar con ella.


 








Primer premio III. Concurso de Minicuentos
Un Caleidoscopio de Letras.
Incluido en el libro: Caleidoscopio. 
Mundo Escritura. España. Junio 2018.