Solitario el parque vive el ocaso
soplando en las sombras un suave viento,
mientras en el lejano firmamento
el sol a la noche va dando paso.
Luego bajo un claro de luna escaso
se encienden las farolas al momento,
produciendo un reflejo amarillento
que esa oscura soledad no hace caso.
Surge la melodía de un silbido
en un sendero mal iluminado
de un borracho que busca así el olvido.
Y entonces sufre ese parque olvidado
esos tristes acordes en su oído
que al silencio en la noche ha consternado.
Finalista VI Concurso de Sonetos. Recuerda.
Publicado en el libro: Calejón sin salida.
Mundo Escritura. España. Diciembre 2020.
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